Combatiendo el mal aliento
¿La gente retrocede un paso cuando hablas? ¿Tus amigos, familiares y compañeros de trabajo te ofrecen constantemente chicle o pastillas de menta? Si es así, ¡podrías estar sufriendo de mal aliento crónico—halitosis—y ni siquiera saberlo!
Causas
El mal aliento es comúnmente causado por millones de bacterias en tu boca, especialmente en la lengua y las encías. Otras causas del mal aliento incluyen:
Ciertos alimentos y bebidas, como ajo, café o cebollas
Falta de cepillado o el cepillado inadecuado y usar el hilo dental; las partículas de comida permanecen en la boca y se descomponen, produciendo olor
Boca seca debido a medicamentos, problemas de glándulas salivales, respirar por la boca o incluso hacer dieta; la saliva es necesaria para limpiar las partículas de alimentos y bacterias que causan olor
Condiciones médicas como diabetes y enfermedades del riñón, hígado, pulmón, senos nasales o reflujo
La mayoría de los tipos de mal aliento periódico no son motivo de preocupación. En la mayoría de los casos, tu dentista puede tratar la causa. Si tu dentista determina que el problema no está relacionado con la salud oral, es posible que te remitan a tu médico de cabecera o a un especialista para determinar la fuente del olor y cómo tratarlo.
Consejos para mejorar el mal aliento
Practicar un buen cuidado oral suele ser todo lo que se necesita para mantener a raya las bacterias que causan olor.
Cepíllate dos veces al día con pasta dental con flúor para eliminar los restos de comida y la placa; cepíllate después de comer (mantén un cepillo de dientes en el trabajo o la escuela para cepillarte después del almuerzo). No olvides cepillar también la lengua. Reemplaza tu cepillo de dientes cada dos o tres meses o después de estar enfermo.
Usa el hilo dental o un limpiador interdental para eliminar los restos de comida y la placa entre los dientes al menos una vez al día.
Enjuágate con enjuague bucal antibacteriano dos veces al día.
Quítate las dentaduras por la noche y límpialas a fondo antes de ponértelas a la mañana siguiente.
Cambios en el estilo de vida también te pueden ayudar a combatir el mal aliento:
Deja de fumar y masticar productos de tabaco.
Bebe mucha agua para mantener tu boca húmeda.
Masticar chicle (preferiblemente sin azúcar) o chupar caramelos (preferiblemente sin azúcar) también estimula la producción de saliva, lo que ayuda a eliminar las partículas de comida y bacterias. Los chicles y mentas que contienen xilitol son los mejores.
Mantén un registro de los alimentos que consumes si crees que pueden estar causando mal aliento. También anota los medicamentos que tomas, ya que algunos pueden contribuir a crear olores en la boca.
Y no olvides ver a tu dentista regularmente—al menos dos veces al año. Ellos pueden detectar y tratar enfermedades de las encías, boca seca u otros problemas de salud oral que causan mal aliento. Una limpieza profesional de los dientes eliminará la acumulación de placa y bacterias que causan olor.